domingo, 10 de noviembre de 2013

La mano de Dios y otras suposiciones


Un 22 de mayo de 1986, en el Estadio Azteca, un tal Diego Armando Maradona, tras un mal rechace de un defensor inglés, saltó frente al portero Shilton y dejó su puño izquierdo suspendido en el aire. Creo que no hace falta que revele el resultado de esta travesura. El propio protagonista bautizó a esta jugada como "la mano de Dios".

-Fue él quien remató. -dijo, tras el partido.
Supongo que Dios habrá salido rápidamente a desmentirlo, ya que no es un hombre demasiado tramposo, que yo sepa. De todas formas, fuera o no de origen divino, esta triquiñuela permitió a la selección argentina ganar el partido. No obstante, según el legendario sir Bobby Robson:
-Sí, el primero fue con la mano, pero el otro valió por dos.
A pesar de todo, algunos alegan que el segundo gol de ese partido (el de la mano no, el otro) no fue tan genial, como es el caso del compañero del Pelusa, Héctor Adolfo Enrique:
-¿Cómo no vas a anotar el gol, con el pase que te di?
El caso es que, gracias a su pase o a pesar de él, Maradona consiguió hacer más o menos ésto:
-Balón para Diego, ahí la tiene Maradona. Le marcan dos. Pisa la pelota Maradona. Arranca por la derecha el genio del fútbol mundial. Inicia el contraataque e intenta contactar con Burruchaga. Siempre Maradona. ¡Genio, genio, genio! Ta, ta, ta, ta. ¡Gol y gool! ¡Qué golazo! ¡Dios santo, viva el fútbol! ¡Golazo! Estoy llorando, perdónenme. Maradona, en un recorrido memorable, en la jugada de todos los tiempos. Barrilete Cósmico, ¿de qué planeta viniste para dejar en el camino a tanto inglés, para que el país sea un puño apretado gritando por Argentina? Argentina, dos; Inglaterra, cero. ¡Diegol, Diegool, Diego Armando Maradona! Gracias, Dios, por el fútbol, por estas lágrimas y por este Argentina, dos; Inglaterra, cero.
Todos conocen esta efusiva narración del golazo, pero lo que no todos saben es que todos estos gritos y este llanto desconsolado de Víctor Hugo Morales esconden una curiosa coincidencia.
Resulta que, para la selección de México, que jugó todos los partidos de la primera fase y el de octavos en este estadio, su estilo de juego (que consistía en tirar pedradas a Hugo Sánchez para que las empujara al arco) necesitaba una circulación lenta del balón. Por eso, el césped del Azteca no se cortaba nunca. Pero los mexicanos fueron eliminados en cuartos, un día antes del partido, por lo que decidieron, finalmente, encender la podadora. ¿Qué hubiera pasado si no lo hubieran hecho? Pues, sencillamente, este gol no hubiera llegado a verse jamás. Y si Diego no hubiera conseguido este tanto, ¿qué habría sucedido?
1. Maradona hubiera sido tildado de chupón.
2. Argentina no habría ganado el partido y, en la prórroga, Inglaterra habría tenido una segunda oportunidad. 
3. Supongamos que finalmente ganara. La final habría sido Inglaterra-Alemania, y el nombre de Diego Maradona no hubiera aparecido jamás en este blog ni en ningún otro. Muchísimas estrellas se han vuelto supernovas en una Copa del Mundo pero, afortunadamente, la leyenda de La Pulga no murió, y el planeta entero pudo disfrutar de la velocidad y las gambetas de uno de los mejores jugadores que jamás han pisado un terreno de juego con su zurda dorada. Y todo gracias a ese gol.

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